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Mostrando entradas de abril, 2020

Bautismo de Acero - Capítulo 29

Eric corrió hasta unos metros antes de llegar a la Plaza. Se detuvo y respiró profundamente varias veces para recomponerse; se miró y vio que tenía las manos llenas de sangre. Caminó hasta un bebedero, y se enjuagó los brazos. Se secó en su ropa mientras seguía caminando hasta el centro de la plaza, desde donde podría buscar al señor Rob. Lo encontró junto al señor Aníbal, ambos con expresión seria, disimulando mal su preocupación si alguien se les acercaba. Se dirigió hacia ellos sin perder tiempo. Un grupo de risueñas señoritas intentó llamar su atención, pero él solo sonrió y siguió su camino. — Señores, todo ha salido bien. —Les dijo ni bien llegó a ellos. Los dos relajaron los hombros, y respiraron aliviados—. Vengan conmigo. El pequeño grupo dejó la celebración lo más discretamente posible. — En realidad, y en palabras del Señor Quentin, es un maldito desastre —dijo ni bien se alejaron del gentío—, pero los muchachos están bien dentro de todo, y Almairon ha sido captu

Bautismo de Acero - Capítulo 4

Un crujido apagó los demás sonidos de la noche. De repente, el atacante de Josh cayó de cara al piso levantando una nube de polvo a su alrededor, con su cuello doblado en un extraño ángulo. Antes de caer, la fina espada se escapó de su mano y se enterró en el mus­lo de Josh. Lo único que podía oírse era la entrecortada respiración de los muchachos y del sujeto que los había atacado. Quentin aprovechó ese momento de confusión y con todas sus fuerzas abanicó su espada, cortando músculo y hueso por igual. La cabeza de su atacante rodó por el suelo para mirarlo con ojos asombrados. Su cuerpo permaneció unos breves instantes de pie y luego se desplomó con pesadez, mientras la sangre salía a borbotones por la herida abierta. Al verse libres de esos extraños, Quentin corrió hacia su amigo para socorrerlo; vio que Josh tomó la hermosa espada entre sus ma­nos y la quitó de su pierna de un tirón haciendo una mueca, agrandando aún más la herida que ésta había ocasionado. Al llegar a él,