Sam Esperón

  Tendría que estar escribiendo, en estos momentos, sobre el éxodo a Palmeras, pero la verdad es que se me está complicando un poco, así que pensé que mejor venía al blog a escribir sobre de qué trata mi libro, que eso me sale mejor.   Mi libro se llama Bautismo de Acero (aunque creo que ya lo dije), tiene 365 páginas y es la primera parte de una saga que se llama Era de magos.   Es una novela juvenil de fantasía épica, situada en un mundo medieval ficticio en el que inventé, de momento, cuatro países y unas cuantas ciudades. Tengo alrededor de cuarenta personajes creados, pero aún me falta inventar más ya que en esta primera parte solo me he situado tres ciudades de dos países: Palmeras y Pyebra Ciudad Capital, de Pyebra y Sitnor Ciudad Capital, de Sitnor, aunque también se nombran otras regiones, Morrau y Tesar.    Mis personajes son todos humanos, algunos "normales" y otros son magos. No me he decidido a incluir otras razas mágicas, aunque Malu insista...

  Empezó hace cinco años y poco más. Una tarde-noche de verano estaba sentada en la vereda de mi casa, mirando el cielo. Siempre me fascinó ver las estrellas, ver cómo de a poquito van asomando una a una a medida que el cielo va oscureciendo. Y siempre me gustó escribir, pero nunca se me había ocurrido algo demasiado trascendental como para invertir mucho tiempo en eso. Por lo general solo escribía algunas lineas que después terminaba tirando si eran en papel, o eliminando si eran en el teléfono o en la pc.   Además, también me encanta leer. Me encanta imaginar mientras leo. Ponerle caras a los personajes, tonos de voz, imaginar los paisajes, los aromas, las emociones. Cuando era adolescente, me imaginaba en la Sudáfrica que escribía Wilbur Smith, en las selvas de la mesopotamia argentina de Horacio Quiroga o en medio de las investigaciones del detective Poirot de Ágatha Christie. He leído bastante y muy variado, aunque muchas veces no tenía más opción que repetir el mismo li...

  He estado pensando un rato, incluso unos cuantos meses que hacer en mi blog, en caso de darle vida.   He leído en muchas páginas y blogs de consejos para escritores que, al introducirse uno en este maravilloso mundo, casi necesariamente tiene que tener un blog. Y aquí estoy. Encontré este blog que me hice en enero del 2008 según vi en la primer entrada que tenía y al que solo agregué una entrada más en febrero y ahí quedó el pobre, nunca más fue actualizado.   Pasaron 11 años hasta que regresé de casualidad, porque ya ni recordaba en donde lo había hecho. Lo pensaba ya muerto y enterrado, porque definitivamente sabía que ya estaba olvidado.   Ahora que lo encontré, hace algunas horas atrás, he comenzado a pensar en qué haría con él, ya que es un hecho que aquí está. Casi que no me deja siquiera responder que "no tengo blog" si alguien me lo pregunta. Tampoco es que me lo pregunten seguido, pero por si las dudas...   Se me ocurrió que ya que he terminado d...